viernes, 20 de marzo de 2009

Tan lejos (pero tan lejos)

Hace poco se cumplio 1 año desde que salí de Chile. No es mucho si se toma en cuenta que mis grandes patrones de comportamiento siguen siendo básicamente los mismos: algunos concretos (falta de prioridades, maquiavelismos, salpicones de simpatía) y otros más abstractos (perseverancia para neutralizar la flojera, entusiasmo para disimular la falta de sustancia, paciencia para ocultar la poca determinación). Sin embargo, es harto bajo la óptica de algunos futbolistas chilenos o de quien tenga una relación carnal-limitante con la familia.

Con esto no quiero minimizar mis logros eso si, no sir. Porque nítidamente recuerdo lo que pensaba de mis amigos que se iban de intercambio y todo lo que significaba para el circulo de cucarachas que mirábamos con envidia/admiración. Como olvidar los kebabs de más con que en su mayoría vuelven las chiquillas? o los pantalones con nariz con que otros vuelven de Italia? Los baggy pants y el Hip Hop revolucionando TODO cuando el adolecente prototipo gozaban con Vilma Palma e Vampiros y King Africa? Aventuras sexuales y drogas? mmm pero no, mejor no hablar de ciertas cosas. Por otro lado, 1 año es sinónimo de evaluación, no? Chequear si el delta entre hi y hf (léase horatio inicial y horatio final) dividido en mis expectativas, es mayor que 1. Comprobar que aquello que afirman algunos amigos sobre que "ese hueón de Horacio engañó a la sociedad" es cierto o no.

Y bueno. 1 año después volví a Chile por vacaciones, con la excusa perfecta del matrimonio de uno de mis mejores amigos, pero también con una maleta llena de aprensión y misterios por resolver. Se seguirán inventando conceptos enciclopédicos como el "femicidio político" o "asesinato de imagen"? Pelotudeces como cambiarle de nombre a hueás que siempre han existido (lap dance v/s, ehm, "baile del caño")? Cuál habrá sido el "grupo revelación" de los matinales? Sip, los "grandes temas". Desde la distancia he seguído también siempre "los debates" que más picazón y movimiento de cuello generan, y en los cuales más se evidencia nuestra tendencia como sociedad (bueno, mas bien la minoría de la sociedad que dice representar a toda la sociedad) a comportarnos como caserío perdido y aislado de la Región del Bio Bio. Con jovialidad, por ejemplo, seguí la discusión veraniega a propósito de las universidades cotamil.

En la prehistoria de mí venida a Londres definí, aunque borrosamente, mis objetivos y drivers por los cuales senti que era el momento de salir de Chile: 26 agnos, titulo en mano, energía, curiosidad, ganas de incertidumbre. Digo lo último porque si hay algo que caracteriza a países chicos, alejados y conservadores como Chile es el sentido de predictabilidad en lo que viene, las etapas y timmings de lo que uno va a vivir son en su mayoria condiciones de inicio. Lo mas preocupante es que mientras mas "tradicional" es el combo carrera-universidad-colegio-circulo de conocidos-familia mas es la percepcion de que "vas a tener una vida tranquila y segura", lo cual es, seamos realistas, el anhelo del 95% de los papas de quienes estan leyendo esto.

Me acabo de acordar de un comentario que me hizo un amigo que me visito el año pasado (para no personalizar simplemente me referiré a el como el "Arquitecto Pete Sampras"). En uno de los tantos festivales de música gratuitos que se hacen en los parques con unas cervezas en el cuerpo se puso a filosofar y me tiro: "puta cachai que con mis compagneros de curso prácticamente ya no hay tema en común. O sea los quiero, pero en cada asado la primera hora y media se trata siempre de demostrarles que no estoy loco". Los "peinados pal lado" en cuestión son de un connotado colegio cotamil donde sus 60 egresados estudian unicamente, y en orden de prioridad, Ingenieria Comercial, Derecho, Ingenieria Civil y Medicina en la Católica o UAndes...ah bueno, mas uno que otro hippie que se mete a arquitectura a la Cato. Una vez, esperando para entrar a mostrar las aspiradoras (polerones) que yo vendía para colegios, me quede mirando un recreo de niños de primero básico...estaban jugando una pichanga, y uno le pedía la pelota al otro: "Matte!!! Matte!!! Pásala!!!", a lo cual el otro respondió: "es que eris muy malo Ariztia". Esos enanos no tienen escapatoria seguramente.

"Cual es el punto perrin?" Que mi traducción de "vida tranquila y segura" es "fome y pauteada". Jugársela por irse de Chile a vivir cosas absurdamente distintas no es trivial, hay una prueba de carácter, tener determinacion para enfrentar al chaqueteo o simple pelotudez de cierto tipo de gente (un amigo chileno de aca me contaba que habia gente que le preguntaba, seriamente, de qué se estaba escapando. Yo hubiera respondido "de gente como tu"). En definitiva hay un tema de riesgo implícito, de decidir cuánto se esta dispuesto a salirse del guión que el statu quo tiene escrito para uno, estirar la distancia entre lo que se supone se tiene que hacer y lo que realmente se puede hacer sin necesariamente convertirse en un anacoreta o irse Into the Wild. No hago la critica pero si la observación del caso del combo Nueva Zelanda-Tailandia-Vietnam-Cambodia, que aunque si bien es positiva la decisión de agarrar maletas y partir por un buen tiempo lejos de Chile, hay un latente olor a paquete hecho y archicomprobado, y por ende, riesgo muy mesurado en mi humilde opinión. Fíjense en las fotos de facebook, yo he reconocido 3 veces al mismo elefante en Tailandia y 5 veces al mismo chino guitarrero en Vietnam.

El asunto es que me gusta Chile y haber vuelto por 3 semanas fue suficiente por el momento. La familia estaba más o menos igual, mi novia preocupantemente guapa y mis amigos en general más guatones, felices con sus partiduras al lado y pantalones dockers, muchos de ellos remando tranquilamente en el cauce universidad-pololeo largo-2 agnos de trabajo-matrimonio (no reniegue de su pasado Morales, no reniegue). Pero estar on the road es lo mejor que podía haber hecho, nada como enfrentarse al desafió de crear el tejido social desde cero (casi). Se cumplieron mis espectativas? La respuesta en la frase que me tiro un quejicoso amigo poco antes de viajar: “Cuando lleguis a Londres te vay a dar cuenta de lo ahueonao que eras al creerte Londinense en Chile”.